Aunque la migración sea organizada y planificada, el migrante debe enfrentar una serie de situaciones, de las que no siempre tiene el control. El cómo reaccione frente a ellas, dependerá fundamentalmente de su actitud personal.
Tomar la decisión de emigrar no es cosa fácil. Probablemente, consigamos muchas razones y justificaciones para hacerlo. Sin embargo, esto no implica, que sea una decisión fácil de tomar.
Sea cual sea la razón que nos impulse o motive a tomar la decisión de migrar, debe ser muy bien pensada.
Por lo general, la migración es causada por diversas razones: personales, familiares y hasta de las condiciones generales del país de origen.
Todas estas causas pueden nacer de diversos aspectos. Entre ellos: político, económico, social, cultural, psicológico.
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¿Cuáles son las posibles causas de la migración?
Las causas más comunes por las cuales las personas deciden migrar o salir de su país de origen, suelen ser causas políticas, sociales, económicas, educativas y culturales.
Generalmente, las personas migran buscando un mejor porvenir, un mejor futuro para sí mismo y su núcleo o entorno familiar.
Hemos podido ver en los últimos años, como se han replicado ciertos estándares políticos en diversos países, lo que ha motivado que parte importante de su población considere que debe abrir sus horizontes para poder tener una mejor calidad de vida.
Otros, ven que esas mismas razones políticas desencadenan una serie de conflictos sociales y económicos que hacen muy difícil la supervivencia en sus países.
Hay países que ofrecen atractivas oportunidades de estudio, bien sea de idiomas, estudios universitarios, de postgrado o especialización. Y esto hace, que, en especial, la población más joven, quiera emigrar con la intención de aprovechar estos beneficios educativos.
Esto no quiere decir, que si ya no eres tan joven no puedas intentarlo. Si quieres saber ¿Cómo emigrar después de los 40 años? te invitamos a leer nuestra guía.
No menos importante resulta el aspecto cultural. Y quizá muchas de las “ventajas” que representa el país de destino o el concepto en el que se tenga al país de origen, no son más que mitos fabricados por la misma población que ya migró con anterioridad o por las mismas personas que no apoyan la migración.
Y una mezcla de todo lo anterior, puede originar una presión psicológica que influya tanto, que hagan creer y sentir que lo mejor que se puede hacer, o quizá lo único que se puede hacer es “emigrar”.
Estas causas generan también unas consecuencias que van en la misma línea, que, dependiendo de cada uno, será más o menos complicado el proceso de adaptación al migrar.
Consecuencias de la migración
Las consecuencias que debe vivir el migrante son muchas. La forma en que las supere dependerá de su personalidad y actitud ante todo lo que se le va presentando.
Estas consecuencias serán producto, en gran medida, de las razones que lo hayan impulsado a tomar la decisión de migrar y lo bien planeada y organizada que haya sido su migración.
El migrante enfrenta y afronta una serie de condiciones que va superando en la medida de sus posibilidades.
Y es que, como mencioné anteriormente, la razón por la cual emigró y lo bien organizado que esté al momento de hacerlo, hará que esta situación le produzca buenos momentos y no que se le convierta en un tormento.
Entre las consecuencias que debe afrontar el migrante están:
Despedida de la vida que conoce
Despedirnos, desapegarnos de todo lo que hemos conocido hasta un determinado momento de nuestra vida, resulta, para muchos, doloroso y un proceso difícil de sobrellevar.
Aun cuando se entienda que es algo que va a ocurrir en cualquier momento, por crecimiento, por independencia o por cambios naturales. Sea cual sea la razón, despedirnos sin saber si será la última vez que veamos a nuestros seres queridos, es algo que genera mucha ansiedad y tristeza.
Recelo ante lo desconocido
El “recelo o temor a lo desconocido”, es otra consecuencia más a la que se debe enfrentar el migrante.
Aunque nos preparemos y sea una migración planeada y planificada, por lo general, se llega a sentir esa expectativa. Ese no saber qué nos espera, o creer que quizá no sea como nos han dicho o como nos lo imaginamos.
Y podemos decir que ese temor es normal, mientras no nos paralice ni nos impida seguir adelante.
Por eso la importancia de prepararnos y documentar lo mejor posible la llegada a nuestro destino.
Dificultad con el idioma
La principal recomendación al momento de tomar la decisión, es “investigar el país al cual quieres emigrar”. Y ello implica, conocer su idioma y costumbres.
Si bien es cierto, que muchas cosas se aprenden sobre la marcha, no es menos cierto, que si se migra a un país del cual no hablas su idioma, el proceso de adaptación será mucho más difícil y complicado.
Conocer y hablar el idioma del país al que emigras es algo supernecesario, ya que esto te permitirá comunicarte y así tener mejores oportunidades laborales.
Hay personas que, aunque tengan la misma lengua materna, no logran entenderse del todo bien. Muchas veces el acento, el dialecto, los modismos particulares, dificultan la comunicación. Ahora, imaginemos lo difícil que debe ser entendernos si no hablamos el mismo idioma.
Costumbres sociales y culturales
Las costumbres socioculturales que tienen los países los hacen únicos, eso forma la identidad de cada pueblo.
Informarnos sobre las costumbres y tradiciones del país al cual decidimos emigrar, hará que nuestra estadía en este sea más llevadera, y que logremos engranar mejor con el entorno.
Nuestro aporte fluirá mejor si en la medida que aceptemos y nos adaptemos a dichas costumbres y tradiciones.
Y es que este aporte se ve reflejado en las nuevas costumbres nacientes, nuevos platos de comida, fusiones musicales, hasta cambios arquitectónicos y de diseño. Todo esto es lo que conocemos como el proceso de transculturización.
Procesos legales
Los procesos legales, hablando específicamente de lo que es documento de identidad y procesos de homologación de título, deben ser conocidos y respetados por los migrantes.
Conocer, respetar y cumplir los procesos legales son muy necesarios en cualquier entorno en el que nos desenvolvamos.
Tener un documento de identidad otorgada por el país de destino, es la forma de dar a conocer nuestra existencia a una sociedad.
El cumplimiento de los compromisos legales que corresponden, nos permite poder acceder y disfrutar de los derechos que tenemos como ciudadanos.
Duelos en la distancia
Este es una consecuencia que, aunque muchos sabemos que puede ocurrir, pocos nos preparamos para ello.
Perder a un familiar cercano, y no poder tener la oportunidad de dedicarle unas últimas palabras, una despedida, generan sentimientos de frustración y tristeza.
A veces, estas desapariciones físicas vienen anunciadas, por diversas razones. Las más comunes resultan de la edad avanzada y las complicaciones de salud. Pero, a veces, son repentinas y trágicas, lo que resulta muy difícil en la distancia, asimilar y entender ¿Qué y cómo ocurrió?
Esto aunado a que muchos migrantes se encuentran solos y no cuentan con el cobijo y consuelo de familiares y amigos, para afrontar dicha pérdida.
Incidencia en la salud mental
Hay situaciones en la vida que, hasta no vivirlas, no sabemos cómo reaccionar ante ellas.
La migración puede desencadenar una serie de efectos en la salud mental de las personas. Esto puede estar estrechamente relacionado con la percepción o recepción que tiene el migrante en su lugar de destino.
Lamentablemente, todavía se pueden observar casos de xenofobia en muchos lugares. Lo que hace que el migrante experimente la sensación de rechazo y hasta de temor por su integridad física.
Esta sensación puede desencadenar todo un trastorno psicológico de ansiedad y depresión. Esto puede llegar a complicar, mucho más de lo esperado, el proceso de adaptación.
La forma de afrontar el cambio que implica el proceso de migración es personal, variable. No todos tenemos las mismas capacidades de reacción y de adaptación.
Cada migrante tiene una razón distinta que lo motivó a salir, su experiencia personal va a ser diferente a la de otro migrante. Aun cuando las razones y causas por las que migraron hayan sido las mismas.
Lo que si es cierto es que, para migrar, debes:
- Tener claras las razones por las que lo quieres hacer
- Conocer lo mejor posible el destino
- Contar con un plan B, y
- ¡Tener la mejor actitud posible!
Como leí por ahí “Migrar es nacer de nuevo sin tener unos papás que te cuiden”.
Y tú, ¿eres migrante? ¿Te ha tocado experimentar alguna de estas consecuencias? Cuéntanos tu experiencia
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Excelente… Totalmente acertado! 🙂